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¡Ánimo, Miguelito!

Hola amigos,

Esta semana ha sido la primera en la que las visitas al hospital se han espaciado siete días, en lugar de los habituales 3-4 días de antes. Lo cual, aunque parezca un detalle sin importancia, da una gran calidad de vida. Tras la visita del pasado viernes, transfusión vespertina incluida de dos bolsas, será mañana cuando volvamos a comprobar dónde nos encontramos en la evolución de la curación. Me hace hasta ilusión la visita de mañana, porque estrenaremos las instalaciones del nuevo «hospital de día» para la extracción de los análisis.

La semana la he pasado bastante bien. Poco a poco he ido incorporando aspectos más activos a mis rutinas: orden y revelado de fotos, revisión de las facturas que estaban acumuladas de hace meses, visita a los bancos para revisar cuentas, hipotecas y fondos, reuniones de principio de curso en el colegio… Sumemos a eso el repaso de los deberes de las niñas. La vida vuelve, poco a poco, a consumir mi tiempo. Pero bendita vida y bendito tiempo. Porque yo disfruto y paladeo esos momentos de forma diferente, más especial, y más humana.

El otro día leí la emotiva carta de Pau Dones hablando de su cáncer de colon. Sin duda todo un baño de realidad para él y para sus seguidores. Quizá él vaya experimentando poco a poco todas las sensaciones que yo he vivido. O no. Porque como bien me dijo un doctor, «no hay enfermedades sino enfermos». Por eso no debemos nunca tener la tentación de comparar. Cada uno buscamos nuestro camino por recorrer. Leyendo su carta, yo me alegro de que Pau haya encontrado lo más importante: su punto de comienzo. Y le invito a hacer una reflexión: el cáncer puede consumir tus células del cuerpo. Pero lo maravilloso es que si tú no quieres no destruirá las de tu mente ni las de tu alma. Y ese es nuestro poder como enfermos, nuestra trinchera, nuestro bastión. Así que bendito Dios si tienes «la cabeza a tope y el cuerpo a cero»: seguimos vivos y el cáncer no entrará nunca en esa «cabeza a tope».

Nunca lo he escrito así en frío, pero yo tomé conciencia de mi enfermedad de esta cruda manera, quizá excesivamente analítica:

  1. Mi médula había muerto. Estaba «podrida» (palabra que mi madre odia).
  2. Con una médula muerta, el resto de mi cuerpo no funcionaría al tiempo. Tenía fecha de caducidad.
  3. Los doctores me proponen un plan increíble: resucitar la médula. ¿No es milagroso? Un plan difícil. Complejo. Arriesgado. Pero un plan. Hay un camino.
  4. Por tanto, mi mayor foco debía estar en realizar ese viaje. Y cualquier otra preocupación, pensamiento, esfuerzo… fuera de esa travesía, era en balde. Había que apartarla.
  5. Mis armas: justamente lo que el cáncer, por mucho que se empeñase, nunca alcanzaría sin mi permiso. Mi fe, mi voluntad, mi cabeza y mi alma.
  6. Mi gasolina: el apoyo desde arriba del Señor y la Virgen, de mi familia, de los doctores y de todos vosotros. Sinceramente, por encima de cualquiera de mis expectativas. Gracias siempre a todos.

Estoy seguro que Pau tiene su receta, parecida o diferente, y la está aplicando. Y como Pau, muchos que me he encontrado en esa sexta planta de Carlos Haya. Con nombre, como Manuel, Borja o Pablo, o anónimos. Son héroes. Dignos de admiración. Todos ellos siguen con fuerza sus pasos para la recuperación. Desde aquí les mando todos los ánimos del mundo.

Y para terminar, quiero acordarme hoy de Miguelito. La tía de Miguelito, Lorena, es una de esas personas buenas que Dios ha hecho que crucemos inesperadamente nuestros caminos en momentos delicados para ambos. Ella en particular, y el coro de San Miguel en general, sin probablemente saberlo ni ser conscientes, me han hecho mucho bien durante estos meses. Con sus canciones, repetidas en mi iPod una y otra vez. Con sus oraciones. Y con su forma de ser, siempre positiva y sólida en la fe a la Virgen.

Pues bien, Miguelito es un niño encantador de un año y medio, de mirada viva y de aspecto adorable, al que de repente le han detectado una anomalía cardiaca y están haciéndole pruebas para confirmar la gravedad del primer diagnóstico, que lo llevaría directamente al trasplante de corazón. Os pido a todos por favor que recéis para que Dios ilumine a esos médicos, y que el diagnóstico sea lo más favorable posible. Rezad también para reconfortar a sus padres, Miguel y Rocío, en estos momentos de tensa espera.

¡Ánimo Miguelito! Un abrazo a todos. Yo confío. ¡¡¡VAMOOOSSS!!!

P.D: No pude por desgracia asistir al traslado del Santísimo Cristo de la Buena Muerte porque tuve la transfusión el pasado viernes. Espero poder acompañarlo en la procesión de vuelta el próximo Sábado. En cualquier caso, un abrazo a esos hermanos cofrades.

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5 respuestas »

  1. Buenas noches Gabi, gran verdad que el camino de cada enfermo es diferente aunque se trate de un camino de superación de la misma enfermedad. No hay dos iguales, de ahí la escasa o nula importancia que tienen para nosotros las estadísticas sobre el proceso de curación. Siempre faltarán parámetros porque es imposible cuantificar todos y cada uno de los aspectos que influyen en el alma de las personas.
    Nos alegramos que tu camino vaya discurriendo bien y que saques gusto a cada instante de la vida porque vivir estrujando el día a día es la única forma de vivir plenamente.
    Mucho ánimo a los padres de Miguelito unido a nuestra oración por él y por todos los enfermos, especialmente si son niños.
    Un fuertes abrazo y vamooooooooooooosssssss que nos vamos…..

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  2. Querido primo,

    Desde luego tu mente está repleta de Vida. Una mente fuerte y sana, que está ganando la batalla.
    Primo Vamooossss!! Yo Confío.
    Mucha fuerza a Miguelito y a su familia.

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  3. Gabi estamos muy pendientes siempre de tus entradas para conocer como sigues. Nos alegramos mucho de las magnificas noticias que nos vas dando, semana tras semana, de lo bien que va tu recuperación. Rumbo a tu curación total, con viento constante del Oeste.
    Hay muy pocas personas de tu altura, fisica y de la otra. La que cuenta de verdad. Eres realmente genial, un tio grande. Preocupado por los problemas de los demás y llevando «pa lante» tu situación. Nosotros seguimos pidiendo por ti, también por Miguelito, por Pau y por tantos otros que estan pasando esa puñetera enfermedad, que la conocemos bien en nuestra familia.
    Seguimos confiando Gabi. VAAAAMOOOOSSSSSSSS

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  4. Mira Gabi de verdad…hoy no estoy nada contenta contigo…(burla)
    No me puedo creer que ahora que la travesía es tranquila y moderada (pero con prudencia), dediques una mañana a ver facturas e ir al banco!!!
    Vete al Paseo Maritimo a sentir los rayos del sol en la cara, ponte los cascos y escucha a todo meter el Intermezzo de la Cavalleria Rusticana si te da la gana, cómete un bocata de jamón serrano con más capas que una cebolla!!!!!!! pero ir al banco???

    Vamos, lo menos que te puede pasar es que te pida dinero prestado el banco a ti, o que se acuerden que adeudas las comisiones de aquella cuenta que te abrieron tus padres con 9 años …!!

    (gesto de burla, y más burla y más burla)

    …Porque conociéndote ya un poco (sonrío) y ya voy a hablar en serio…….hasta en la cola del banco estoy segura que respiras disfrutando la vida.

    Hazlo. Te la mereces 🙂

    Desde aquí también, ánimo, fuerza y fe a los padres y familia de Miguelito.

    Macarena

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