Mi Salud

Cuando aprieta el dolor

Hola amigos,

Esta semana no toca escribir reflexiones profundas. Ni relatos evocadores. La inspiración para leer los acontecimientos de la vida cotidiana con otros ojos se ha visto apagada por el fuerte dolor que brota de mi costado izquierdo.

Hemos realizado diferentes pruebas. La principal ha sido un TAC para comprobar que las lesiones de origen cancerígeno no parecen haber crecido en tamaño. Es, científicamente, una buena noticia. Sin embargo, no hay respuesta a la pregunta básica: ¿Por qué me duele? ¿Ha pillado la masa tumoral un nervio? ¿Es consecuencia de la degradación de los tejidos tras las repetidas sesiones de radioterapia? ¿Algún movimiento brusco?

Cuando aprieta el dolor, parece que todo se tuerce. Mis muelas, que estaban bastante dañadas por lo nocivo de todos los tratamientos recibidos, se han terminado de partir y también han roto a doler de forma rabiosa. Ya he planificado la extracción para la semana que viene. ¿Acaso no es suficiente castigo el dolor del costado? ¿Qué más nos espera? 

Cuando aprieta el dolor, hay numerosos y variados remedios que nuestra bendita medicina nos ofrece. Desde los simples analgésicos (ibuprofeno, paracetamol, nolotil…) hasta los más potentes, como los parches de morfina, con los que he vuelto a empezar tras meses sin tener que utilizarlos. ¿Una vuelta atrás? ¿Hacia dónde? ¿Y hasta cuándo? Estos parches mitigan sobre todo la sensación de «dolor continuo», aunque en mi caso no funcionan tan bien cuando llegan los pinchazos o realizo ciertos movimientos que comprimen la zona afectada.

Cuando aprieta el dolor, la vida se paraliza. Tienes que dejar de hacer cosas que tenías previstas. Fastidias planes a tu familia y a tus amigos. Y te invade una sensación de impotencia y frustración porque de repente vuelves a caer en el grupo de los que son rémora y estorbo para un mundo que irremediablemente y, a veces de forma desbocada, se mueve a otra velocidad y no se detiene por ninguna causa.

Cuando aprieta el dolor, como veis, aparecen más preguntas que respuestas. Más incertidumbre que seguridades. Más frustración que ilusión. Sin embargo, en medio de las preguntas, la incertidumbre y la frustración, en estas circunstancias tan poco atractivas, todavía hay personas que se atreven a romper los estándares, y aparecen a tu lado. Y son capaces de cambiar su velocidad para caminar contigo un poco más despacio: donde otros ven torpeza y lentitud ellos ven un andar majestuoso. Y sabiamente reformulan todas esas temerosas preguntas, transformándolas en oportunidades para seguir adelante. Y de la nada, inventan y dibujan apasionantes planes que ni el dolor ni las limitaciones podrán quebrar.

Y es que cuando aprieta el dolor… es el momento de agarrar la mano con más fuerza, esbozar la mejor sonrisa, y seguir adelante.

Amigos, mirad alrededor, pues seguro que muy cerca todos vosotros tenéis una oportunidad única de transformar apretones del dolor en apretones del corazón. Simplemente hay que observar, identificar… y atreverse a regalar el alma.

Un abrazo a todos. Cuando aprieta el dolor, yo también confío. ¡¡¡Vamooosss!!!

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Foto de Gerardo González – https://www.flickr.com/photos/bbr711d

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22 respuestas »

  1. Mucho ánimo Gabi. Tienes al lado una mujer que es un ángel. Rezamos por ti, ya verás como todo pasa. Un abrazo grande. Seguimos confiando 🙏🏻🙏🏻🙏🏻

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  2. Gracias por escribir, aún cuando aprieta el dolor. Por “obligarnos” recordar que tenemos que dejar de correr tanto y observar más a nuestro alrededor, a identificar y a regalar nuestra alma, como muy bien dices.
    Te deseo de corazón que el dolor remita lo más pronto posible.
    Aquí va mi mano!! Yo confío!! Vamos!!

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  3. «Hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: el amor del Señor no se acaba, ni se agota su ternura. Cada mañana se renueva: ¡qué grande es tu fidelidad!» (Lamentaciones 3, 21-23).

    ¿Has leído el libro de las Lamentaciones?… Va de «dolor y sufrimiento»… pero de repente te encuentras un pildorazo de esperanza… Yo siempre he pensado que este texto se hace real en María, con su hijo muerto en brazos… «Cuando yo no puedo más…traigo a la memoria el amor de mi Dios, que me llena de esperanza»…
    Pues ahora cuando vuelva a leerlo… te veré también a tí… En medio del dolor… sigue habiendo razones para la esperanza…VAMOOOOOOSSS!!!!!

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  4. Siento tu dolor y lo hago mio. No se como puedo ayudarte. Ahora estoy más libre, pues estoy de abuela de enfermería, hasta marzo que de nuevo abriré la guardería para 15 nieta que llegará en un mes. Si necesitas ir algún sitio o pasear o lo que sea; cuenta conmigo,pero sigue luchando pues la vida es eso y nosotros podemos.VAMOS!!!! UN ABRAZO y sigo con la oración

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    • Siento tu dolor y lo hago mio. No se como puedo ayudarte. Ahora estoy más libre, pues estoy de abuela de enfermería, hasta marzo que de nuevo abriré la guardería para 15 nieta que llegará en un mes. Si necesitas ir algún sitio o pasear o lo que sea; cuenta conmigo,pero sigue luchando pues la vida es eso y nosotros podemos.VAMOS!!!! UN ABRAZO y sigo con la oración
      En los laudes hay un himno que una estrofa viene a decir » que, cuando llegué el dolor, que yo se que llegará, no se me enturbiar el amor,ni se me mueble la paz». Tu lo llevas a rajatabla . ¡ánimo VAMOS!!!!

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  5. «Amigos, mirad alrededor, pues seguro que muy cerca todos vosotros tenéis una oportunidad única de transformar apretones del dolor en apretones del corazón. Simplemente hay que observar, identificar… y atreverse a regalar el alma».
    Una invitación a cambiar el paso y mirar y escuchar para comprender, ayudar y transformar… como el buen samaritano.
    Gracias por compartir todas estas experiencias y así ayudarnos a entender que cada uno/a va a su ritmo, que cada vida es un mundo y que todos estamos conectados aún sin tener conciencia de ello. Vendrán tiempos mejores .. confiamos en ello y lo deseamos con todo el corazón.
    Abrazos. .. ❤❤❤❤

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  6. Gabi, espero que notes mi apretón de manos en la distancia. Cierra los ojos, recuerda nuestro abrazo en Jornadas y rememóralo. Te mando toda esa energía para aliviar el dolor. Dios habita en tu corazón. Un abrazo enorme!! Vamoooooossssss!!! YO CONFÍO.

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  7. Ay mi Gabi. Cuánta razón tienes. He aprendido mucho en estos tiempos y una de ellas es que siempre hay una mano ahí que dice… «Oiga…. Todo va a ir bien» y viene el abrazo. Aquí tienes mi mano. Este post parece que tenía que leerlo… Parece dedicado a mi…. Eres grande, y fíjate…. Tú conviertes lo cotidiano en magia y milagro. Un beso, te quiero

    María

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  8. Admiro tu fuerza de voluntad y quería darte las gracias por seguir escribiendo aunque el dolor apriete. Estamos contigo y esperamos que el dolor vaya remitiendo lo antes posible! Muchísimo ánimo y VAMOOOSSS!!!!!!!!!

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  9. Gracias por compartir tu dolor, como ves, somos muchos los que querríamos compartirlo hasta que te liberaras de él. No son los mas fuertes físicamente los que mejor resisten, sino los mejor dotados espiritualmente, como dice Víctor Frank en su pequeño libro «El hombre en busca de sentido» tu tienes un sentido y llegarás seguro.
    Cuenta con nuestra mano y nuestras oraciones
    Yo también CONFIOOOOOOO

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  10. Tienes muchas manos, Gabi, hoy solo acompañando, otras veces tirando, algunas saludándote, apoyadas en tu hombro, otras veces rozando, mano sobre mano, muchas manos, así que cógete a todas, porque tienes las de Reme, tu familia, los amigos, el coro, el colegio, el baloncesto, tus charlas, los lectores, y todos en definitiva, los que creemos en ti y te queremos. Yo también confío

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