Hola amigos,

Son las doce de la noche del recién estrenado 23 de Diciembre de 2019. Acabo de acostar a mis niños, rezando el «Jesusito de mi vida» que mi hija Marta me sigue reclamando todas las noches. Reme duerme plácidamente en la cama tras un ajetreado fin de semana. El silencio reina en la casa, con una intensidad tal que puedo escuchar perfectamente los pitidos en mis dos oídos, causados por la sordera y por los tóxicos tratamientos de todos estos años.

Respiro hondo sentado en el sofá de mi salón, y decido aprovechar el primer momento de tranquilidad que ha aportado este día para abrir un christmas navideño que me ha entregado mi hermano Rafa, sin darme pista alguna de quién podía proceder. Dentro del mismo, encuentro una fotografía y un cariñoso mensaje de Claudia Rodríguez, una chica de primero de bachillerato que resultó premiada en el ‘II Certamen Literario Pablo Podadera para la promoción de órganos y tejidos‘ por un emocionante relato titulado «Ventanas» acerca del proceso de la espera de una familia hasta el trasplante de médula ósea. La fotografía fue de nuestro casual encuentro, un par de semanas después de recibir el premio, en la que Claudia y su madre me explicaban cómo mi propia historia había sido inspiración para el relato, y que mi blog era sustento y energía extra para el día a día.

Estos grandes detalles de cariño, como el de Claudia, son verdadera gasolina para mi día a día. Porque al final, amigos, detalles como este están a nuestro alrededor constantemente: se trata de ponernos las gafas adecuadas para saber identificarlos… y apreciarlos… y agradecerlos.

Llega la Navidad, época de reuniones, fiestas, regalos y buenos deseos. Con mucha buena voluntad, nos afanamos en tratar de superarnos año tras año, en una lista de quehaceres que, sin darnos cuenta, a veces nos hace dejar de apreciar lo nuclear. Desde mi sillón, en el silencio de la noche, contemplo la estampa del árbol de navidad que preside el salón. Debido a todo lo acaecido, es el primer árbol que hemos puesto en casa desde hace cuatro años. Los anteriores no hubo tiempo, ni fuerzas, ni probablemente ánimos para sacarlo del trastero. Es por eso, que la tarde que mis tres hijos se afanaban ilusionados en colgar cada adorno y colocar cada bombilla la disfruté emocionado, viéndolos sonreír con cada objeto de los que salían de las polvorientas cajas, decidiendo qué decoración era la más adecuada, aupando a Gabi para colocar la estrella en lo alto… Si la Navidad es ilusión, sus caras en ese momento eran el vivo reflejo de dicho concepto.

Seguramente si os preguntase a cada uno de vosotros, ¿qué es la Navidad? Obtendríamos tantas respuestas diferentes como personas estáis leyendo este texto. En mi caso, la respuesta llegó en la misa del primer domingo de Adviento. Guillermo Tejero, el párroco, comienza su homilía para los niños que asisten a misa de 11 desplegando una pancarta que ocupa todo el altar mayor. En ella se puede leer lo siguiente:

naVIDAd. Nace a la VIDA en Dios.
Viene a visitarnos la Verdad y la Vida. ¡Despierta!
Nacerá en la Inocencia Inmaculada.
Hará Dichosos a los Descartados, Desechados, Despreciados, Desvalidos…
Acojamos el Amor cono José y María.

¿Qué hay más importante que celebrar que estar vivos y seguir naciendo a la vida? Amigos, celebremos la vida y el poder seguir repartiendo amor a pesar del dolor.

Un abrazo a todos. Feliz Navidad. Yo confío. ¡¡¡Vamooosss!!!