Hola amigos,
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La última analítica de sangre mostró que el tratamiento con quimioterapia y pastillas para rebajar el hierro en sangre estaba de nuevo dañando mi hígado. Hay que detener la ingesta de medicamentos hasta la próxima prueba diagnóstica, el PET/TAC que ocurrirá el próximo día 28 de Enero.
Ha llegado el punto en que no pienso si estas circunstancias son positivas o no. ¿Si no hay medicamentos, se frena la curación? Pero a la vez, sin medicamentos me encuentro un poco más fuerte (o menos atontado), aunque el fuerte dolor del costado vuelve a aparecer irremediablemente y detiene mis ya de por sí escasas actividades… La respuesta nos la dará el PET… ¿Y qué podemos hacer hasta entonces? Esperar.
Esperar es un verbo muy poco popular en los tiempos que corren. La sociedad ha evolucionado en los últimos quince años, con avances tecnológicos que nos permiten ver en directo cualquier acontecimiento desde cualquier lugar, utilizando nuestro teléfono móvil. Tenemos portales web que nos traen el producto deseado a casa en menos de 24 horas. Por no hablar de los repartos de comida donde los manjares de los mejores restaurantes están a tiro de un click y unos pocos minutos de nuestro domicilio. Check-in online para evitar la espera en cola del aeropuerto, pagos y transferencias online para no esperar en la oficina bancaria, tiendas abiertas 24 horas para comprar cuando nos plazca, y así un largo etcétera de servicios disponibles donde lo que prima es la posibilidad de recibir lo que deseamos inmediatamente.
Sin darnos cuenta, nuestros hijos también están siendo educados en esta cultura de la inmediatez: el valor de la mayoría de sus requerimientos no está en lo que piden, no está en cubrir una necesidad, sino en que hay que cubrirla inmediatamente. Y si no se produce una satisfacción inmediata, entonces aparece la frustración inmediata.
Y aquí me encuentro yo, contando los días y las horas para que llegue el 28. Soy consciente que después del 28 llegará otra espera adicional, hasta que el informe médico salga y nos den los resultados de la prueba. Lo que conllevará a otra espera, hasta que los médicos dictaminen cuál es el mejor tratamiento para seguir adelante. A pesar de la alta carga de incertidumbre de la situación, estoy condenado a aprender a esperar, puesto que ninguno de estos pasos se resolverá de inmediato.
Esperar es saber que las cosas ocurrirán cuando tengan que ocurrir, y que de nada sirve pre-ocuparse (ocuparse previamente) si no puedes controlar absolutamente nada de ese proceso. Esperar es no paralizarse. Esperar es confiar. Esperar es no contar los días, sino vivir el día.
Visitamos ayer lunes a las Hermanitas de los Pobres. Estuvimos cantando la misa de 11:30, dedicada a conmemorar el 60 aniversario de votos de la hermana Marie. En la paz de aquel lugar, donde las hermanas son el reflejo nítido del amor al Señor a través del servicio a los ancianos, el sacerdote en su homilía me dio las claves de esta espera, haciendo referencia a una reflexión del beato D. Manuel González que decía algo así: «Para tu pasado, con sus errores y aciertos, deja que el Señor te conceda el don de su misericordia. Para tu futuro, que el Señor te dé el don de la providencia. Y tú, querido hermano, céntrate en vivir el presente ofreciendo el amor a tu prójimo».
Amigos: disfrutemos de la espera. Valoremos lo no-inmediato. Y sigamos construyendo en el hoy, y en el amor al prójimo. Un abrazo fuerte. Yo confío. ¡¡¡Vamooosss!!!

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Pues sí… la espera no está de moda… ¡¡¡para nada!!!. Ni la espera, ni la paciencia, ni la constancia… Pero bueno, aquí estamos un grupillo que, cada una desde nuestra realidad, caemos en la cuenta de que son fundamentales… ¿Qué haría yo en mis clases si no tuviera paciencia o capacidad para esperar?.
A esperar, sólo se aprende esperando… y percibiendo los milagros que suceden mientras «esperamos»… Un abrazo enorme Gabi!!!!! Y a por el día 28!!!
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(Hablo más coloquial porque creo que al ser un mensaje hacia una persona conocida queda más personal).
Según un estudio conocemos entre 2000 y 5000 personas de las cuales recuerdas muy pocas o pocas cosas de esas personas, bueno pues Gabi tio tu eres una de las pocas personas de las que me puedo acordar de algunas cosas, me quedo con tu personalidad y tu enseñanza. Te deseo la recuperación definitiva. Gracias Gabi, enserio.
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Gracias a ti Jose Luis. Un fuerte abrazo.
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La verdad es que esperar no es de este tiempo, nos genera angustia y ansiedad, yo creo que mas que la espera el problema es la incertidumbre el no saber que va a pasar y no somos conscientes de lo absurdo de nuestra incertidumbre ante un resultado, un objetivo….al final la incertidumbre esta ahí en cada minuto porque no sabemos lo que puede suceder al siguiente, pero esa incertidumbre constante no la consideramos, nos colapsa más la espera ante algo concreto.
Yo creo que en los momentos de espèra tenemos que reflexionar, pensr que hay que dejar fluir que no podemos hacer otra cosa y serenarnos, aprovechar el tiempo de espera y tranquilizarnos, lo que va a pasar esta fuera de nuestro control y lo está para todos, todos los dias.
Asi que ánimo Gabi, disfruta del presente ese regalo grandioso que cada dia que despertamos nos da Dios, y piensa que porque no? todo va a ir bien…superando obstaculos y avanzando..
Un abrazo Gabi..
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Pues sí, en la situación que vives la espera se hace difícil, todos querríamos saber qué va a pasar, pero como no es posible lo mejor para la paz del alma es pensar como lo haces tú.
Desde hace unos años intento aprovechar cada día, para qué esperar sólo al fin de semana o a las vacaciones si ya tengo el hoy para disfrutar lo mucho que tengo (el amor de mi familia).
Un abrazo
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Hace unos días estuve en una residencia para «mayores» y tuve la poco afortunada idea de preguntarles qué pedían para el año 2019. Salvo una persona que pedía con gracia salud, dinero y amor, los demás se conformaban con la salud y seguir como están.
Creo que la esperanza y la impaciencia de la espera es un síntoma de vitalidad; saber esperar es una prueba de madurez; pero no esperar nada es la rendición.
Te deseo muchos años de espera.
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Es verdad, que trabajito nos cuesta esperar! Pero muchas veces hasta en cosas tan insignificantes que, cuando llegan las cosas realmente importantes ya no estamos aconstumbrados y se nos hace más cuesta arriba.
Esperar en los tiempos que vivimos se convierte en una gran virtud, y una herramienta que si sabemos transmitir a nuestros hijos, estoy segura que les hará crecer más tranquilos y con menos ansiedad.
Las prisas y la inmediatez sólo llevan a la frustración antes o después..
Así que practiquemos con mucha paciencia y vivamos mientras esperamos (que parece fácil pero hay que verse ahí)
Gracias Gabi por tus mensajes y lo que nos aportan!!
Yo confío!!! Vamosssssssssssssss!!!
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Vamos a por ése PET Gabi. Ánimo! Yo confío.
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He llegado tarde y por tanto he esperado menos, ya tendréis los resultados del PET y habrá que seguir esperando a los resultados de las nuevas medidas.
Cada día es un estreno diferente,como bien dices con nuevas oportunidades de amar
Gracias por tu amor al compartir tus sentimientos.
Cuenta también con el nuestro y a seguir confiando en DIOS
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