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Estas son las mañanitas

Campanillas y vibraciones. El sonido amable, familiar y a la vez inapelable del despertador recuerda que son las 7:30. Visita al inodoro. Afeitado rápido con aquella Braun último modelo de la lista de bodas que aún, tras doce años de uso diario, permanece casi intacta. Una ducha rápida ni dando tiempo a que el termo caliente el agua, bastante fría a estas horas. Elección de ropa buscando el equilibrio entre la comodidad y la combinación correcta de colores.

Mientras, al fondo, ya se escucha el eco de las voces de las niñas desayunando. Su energía a estas horas de la mañana es envidiable, casi compiten entre ellas para ver cuál de las dos está más despierta. Recogen sus mochilas, primorosamente preparadas la noche antes, y salen los tres por la puerta. La gente los mira por la calle, porque habitualmente hacen el recorrido desde la casa hasta el colegio entre bromas y sonrisas. Debido al ímpetu de las niñas, anteriormente comentado, esta familia también se caracteriza por la velocidad con la que suben la dura cuesta de cien metros que conduce a las clases.

Él continúa su trayecto, ahora ya en coche, con dirección oeste. Antiguamente le parecía un viaje estresante, lleno de atascos y gente enfadada con la vida. Sin embargo recientemente descubrió que no merecía la pena gastar energía en la travesía, sino ganarla: se suscribió al podcast de RezandoVoy y sin duda el camino es ahora diferente, más placentero.

Llega a la oficina con rutinas que parecen automáticas: la sonrisa en el semblante y un reconfortante buenos días para cada compañero, hasta llegar a su silla. Deja su mochila en el suelo con tal fuerza que parece que hubiera dentro tres volúmenes de la Enciclopedia Larousse ilustrada, cuando en realidad únicamente extrae cuidadosamente de ella un moderno portátil HP ultrafino que engancha en la dockstation y un ratón inalámbrico. Lectura rápida de los correos que hayan podido llegar durante la noche desde EEUU o la India y reunión de equipo para planificar las tareas del día.

Se presenta un día de trabajo muy duro… demasiados marrones en la mesa. Ignora si podrá salir a comer en la cercana venta el menú de 8,50€ o se tendrá que quedar en la oficina tomando un rápido campero de «lomo falso» (manera a la que denomina al lomo embuchado) con mayonesa de la que rebosa los cantos y mancha las manos.

Una compañera se acerca por la espalda, y le apoya la mano en el hombro. Le dice con voz suave: Gabi, recuerda que hoy te toca la medicación nueva. Despierta ya que son las 8:45 y luego se hace tarde con el desayuno.

Me despierto confuso. Con los ojos aún cerrados, analizo qué tiene que ver la «medicación nueva» con el proyecto de Indonesia que nos está dando tantos dolores de cabeza. Entorno los párpados. ¿Dónde estoy? Salgo disparado hacia el baño, donde el espejo me revela que he adelgazado treinta y cinco quilos, mi tez está algo más morena y tengo el pelo del calibre y textura de un bebé. Apenas estoy unos segundos ahí, pasmado, cuando siento cierto cansancio por el simple hecho de estar de pie. Me siento en el inodoro como alivio, y enseguida fluye una pastosa diarrea. El estómago se resiente levemente, y mientras me sigo preguntando qué es todo lo que está ocurriendo…


Hola amigos,

Hace unos días estuve de visita en la oficina de Ericsson, mi lugar de trabajo. Justo en el día que Ericsson cumple 140 años de existencia. Tenía miedo a que mis compañeros vieran simplemente a un Gabi demacrado, delgado y con la piel manchada. Nada más lejos de la realidad. El recibimiento que me dieron no fue más que la constatación de todo el cariño acumulado durante estos meses. Muchos me lo han expresado en forma de mensajes y llamadas de ánimo. Otros, los más jóvenes, habían oído hablar de un tal Gabi, y me han ido conociendo más a través de estas páginas.

Mis queridos compañeros: sólo puedo daros las gracias por ese día. Por ofrecerme vuestro cariño y apoyo. Por cada abrazo que pude dar y recibir. Por sentir que no he caído simplemente en el pozo del olvido. Y sobre todo por una cosa que describía con acierto Pepe Outes en su comentario del otro día: por permitirme seguir soñando que podía volver a ser yo. Eso sí, un yo complementado con nuevas features 🙂

Decía Pepe: Nos encontramos al Gabi de siempre, elocuente y educativo, del que aprendimos cosas como que un trasplante de médula supone la puesta a cero de toda la información inmunitaria. Pero por otro lado también vimos un Gabi nuevo, como no podía ser de otra manera, que valora y nos hace a los demás valorar cada momento de una forma más intensa, que busca aún más si cabe rodearse de los demás. Con tanto aislamiento, se echan de menos los abrazos y el contacto humano, pero además el sentimiento que trasmites es contagioso.

Amigos, aunque me quede todavía mucho por luchar, la rutina gracias a Dios está cada vez un pasito más cerca. Rutina que nunca la debemos despreciar, porque un día puede desaparecer de repente y entonces lo que parecía odioso se convierte en adorable añoranza.

Un abrazo. Yo confío. VAMOOOSSS!!!

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13 respuestas »

  1. 👏👏👏👏👏👏✌️✌️✌️✌️ Estas llegando a la otra orilla esa larga y dura travesía. Tus compañeros de trabajo, amigos, familiares … Todos seguimos esperándote para iniciar la rutina
    Un beso para Reme y para ti CAMPEÓN !!!!

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  2. Nos acercamos a marchas forzadas a aquel 16 de junio de año pasado en el que nos quedamos sin palabras ante la noticia de tu enfermedad. pero te has encargado con tus textos, reflexiones y valentía de haceros mas llevaderos el paso de los dias. Me ha encantado esta entrada en tu blog porque intuyo que la vuelta a la «rutina» está cada vez más cerca. Ánimo y como siempre te digo YO CONFIO. Un abrazo fuerte.

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  3. Querido Gabi, cuánto me alegro de que te encuentres mejor. Menuda sorpresa debiste darle a tus compañeros el otro día.

    El otro día le decía a Pepa que desde que escribiste el post » Amanecer» , todas las mañanas cuando voy en el coche camino de la oficina por el Paseo Martimo pienso en tí, doy gracias a Dios por un nuevo día y le pido que te recuperes pronto y vuelvas a tu vida normal.

    Ojalá podamos verte pronto. Cuídate y sigue mejorando, camino de la curación, ya queda menos. Ahí estamos, cerca tuya, animándote y dándote fuerzas ( aunque realmente siempre nos las das tú a todos nosotros).

    Un beso enorme. Te queremos mucho.

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    • Muchas gracias Viti! El amanecer sigue siendo mágico, una nueva oportunidad para hacer el bien.

      Yo estoy deseando que nos veamos, así que elegid una fecha y nos vemos; ya sea dando un paseo o en casa. Un besazo!! 😘😘😘

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  4. No hay un post que no nos sorprenda Gabi. Los sueños son la meta a conseguir y tú lo vas a lograr. Sigue creyendo, no pierdas nunca esa ilusión por llegar. Así es como tienes que recuperar fuerzas día a día. Nosotros seguimos creyendo en tí. VAAAAAAAAAAMOSSSSSS.

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  5. Si te dejan, a ver si te puedes pasar de nuevo otro día porque seguro que sales de allí cargado de energía pero nosotros salimos cargados de humanidad y del mejor ejemplo de superación para afrontar nuestros retos personales y profesionales. Un abrazo!!

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