Vivencias personales

Hace ocho años…

Hace ocho años mi vida cambió de repente.
Hace ocho años la rutina se convirtió en una bendita añoranza.
Hace hoy justo ocho años mi vida perfecta estalló en mil pedazos, de los que apenas he podido rescatar un puñado.
Hace ocho años escuché por primera vez aquella maldita palabra, que me ha acompañado desde entonces como si de mi nuevo apellido se tratase: leucemia.

Sin duda, con motivo de esta efeméride, podría dedicar este post a confeccionar una lista con infinitos motivos para la queja y para el reproche. Sin embargo, lo que brota hoy en mí es gratitud por estos ocho años de vida extra. Y es que la propia vida está repleta de «casualidades», que aparecen como señales imperceptibles deseando ser descubiertas para dar respuesta a la pregunta más antigua de la humanidad: «¿cuál es el propósito de nuestra existencia?».

Ayer, como hace ocho años, el Unicaja Baloncesto consiguió un meritorio pase a semifinales. ¡Cómo disfruté junto a mi hermano, mis hijas y mis sobrinos, igual que hace ocho años lo hicimos junto a mi padre! Pues bien: ayer, justo ayer, el presidente Antonio Jesús López Nieto hizo un hueco en su agenda y me recibió en su despacho. Le hice entrega de un ejemplar de mi libro benéfico, «Y TÚ, ¿ESTÁS CURADO?», un libro que está sirviendo para ayudar a las fundaciones Josep Carreras y Cudeca, y también proporcionando motivos para la esperanza y para sonreír a la vida a cada uno de los lectores. Gracias, Unicaja y gracias Baloncesto por la energía y el cariño recibidos. ¡El deporte es vida!

Hoy, como hace ocho años, vuelvo a penetrar en una habitación de aislamiento de la sexta planta del hospital. Allí, mis queridos médicos y enfermeras siguen afanados en su generosa labor sanitaria. Y es que hoy, precisamente hoy, mi querida profesora del colegio, Maite, va a recibir su trasplante de médula ósea, jugo de la vida, que deseo sirva para curar definitivamente su afección. Los que conocen a Maite saben que siempre se entregó de manera intensa a su labor docente, y sobre todo a formarnos como personas íntegras, proporcionándonos un amplio catálogo de valores que hoy en día siguen iluminando la vida de cada uno de nosotros, sus alumnos. ¡Ánimo, Maite! Caminemos juntos de la mano bajo el amparo de nuestra Virgen de la Victoria.

Suena el teléfono mientras escribo este post. Es mi amiga Ana Medina. Me dice que hoy, precisamente hoy, se emitirá una entrevista que grabamos hace un par de semanas. En mi visita al estudio de grabación, Ana me presentó a una mujer llamada Pepi, quien limpiaba con cariño la imagen de la Virgen que preside el patio interior del edificio. Me impresionó la energía y la fe con la que Pepi me contaba la historia de su sobrino David, un chaval preadolescente al que la vida le había golpeado con un cáncer en los huesos. Hoy, precisamente hoy, le han comunicado a Pepi que David está prácticamente limpio de su cáncer.

Ahora lo tengo claro. Hoy hace ocho años que enfermé de leucemia, pero no hay nada que lo que quejarse, ni que reprochar. El 2 de junio de 2015 no fue el fin de mi vida anterior, sino el comienzo de una vida extra en la que soy plenamente consciente de la cantidad de dones con los que me bendice el Señor cada día. Sólo le pido a Dios que cada gramo de energía recibida pueda continuar transformándola en amor y servicio a quienes me rodean… hasta que Él quiera.

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18 respuestas »

  1. Hace ocho años se me detectó un cáncer de pulmón, grande como un melón pequeño, me operaron y quitaron medio pulmón, quimioterapia, etc, etc. Hoy, parece que se va a reproducir
    He vivido ocho años extra; para mi supuso una gran lección de humildad, en un segundo pasé de rey del mambo a enfermo de cáncer.
    Y aquí sigo, ¿hasta cuándo?

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  2. Gracias a tí y a tu libro, ayer me atreví a donar sangre, siempre me han dado pánico las agujas y no doné médula porque no me lo permite mi edad. Gracias infinitas por todo lo que me has enseñado.

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    • Muchísimas gracias, Rosario, por tu generosidad y tu valentía. ❤️ Te invito a que pongas rostro a esa persona afortunada que recibirá tu sangre, y yo te doy las gracias en su nombre.

      Un abrazo enorme y gracias por leerme 🥰

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  3. Mi hermana Tanja padeció leucemia a los trece años y estuvo muy enferma durante bastante tiempo. No obstante, todo acabó bien. Tanja se sometió a un tratamiento intensivo y su cuerpo quedó libre de células cancerígenas. Poco a poco se fue recuperando y se volvió más fuerte y se llenó de energía, incluso más que antes.

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  4. Jorge Diego. Hola estuve entrando en este blog durante un tiempo leyendo algunas de las historias que han formado parte de su vida que aquí publicó. Me han emocionado y llenado de esperanza e ilusión, alguna me dejó sin las palabras que pudieran expresar lo que sentía. En entero S.S.M.M. los Reyes me obsequiaron con un ejemplar de su libro que me ha hecho gran ilusión. Gracias.

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    • Muchísimas gracias Jorge Diego. Espero que disfrute de la lectura del libro, le agradezco que hayan colaborado con esta causa benéfica y deseo que esta lectura ilumine su vida con esa ilusión y esperanza 🙂 Un fuerte abrazo.

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  5. Hola: acabo de empezar tu libro y me está llegando a lo más profundo, hasta la médula me atrevería a decir. La mía sufrió un auto trasplante hace un año (Linfoma No Hodgkin). No puedo decir que estoy curada pero el cáncer está «en remisión». Gracias por tu dedicación y valentía. Solo llevo cuatro capítulos del libro y me veo tan identificada… La descripción de la habitación de Carlos Haya y el color de las baldosas del baño (ese marrón años 70 color diarrea), el catéter colgando, el miedo, la negación, el aislamiento que vendrá muy bien para recuperar lo físico pero destroza la psique, tantas y tantas cosas más. Seguiré leyendo con mucho interés, lo prometo. Gracias de nuevo por tu libro.

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    • Hola Ana María,
      Gracias de corazón por tus cariñosas palabras, y me alegra saber que mi libro está acompañándote en esta fase de tu proceso 🙂
      Es cierto que los que hemos pasado por esta situación nunca olvidaremos «el escenario» donde todo aconteció; lo importante es no dejarnos intimidar por ese escenario y seguir caminando sin prisa pero sin pausa. Cada pequeño paso cuenta.
      Deseo que en el resto de páginas puedas seguir descubriendo pistas para orientar este camino hacia, como bien dices, la recuperación física y también la personal y espiritual.
      Un beso y cuídate mucho. #YoConfio

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