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A Resucitar todos

Hola amigos,

En primer lugar, feliz Pascua de Resurrección para todos vosotros. Que Dios os bendiga siempre.

La analítica del pasado lunes fue bastante buena, en la línea de la de la semana pasada. Pero ha llegado una fase de la recuperación donde, gracias a Dios, las estadísticas mejoran poco a poco y lo importante es la pregunta que siempre me lanza el doctor Alejandro cuando entro en la consulta: ¿Cómo estás, Gabi?

Sinceramente, durante semanas, debido a la evolución aleatoria de la enfermedad, mi mente de ingeniero se escudaba en esos estadísticos para responder robóticamente a tan compleja cuestión. Hemoglobina mejor, defensas igual, el hígado repunta a valores peligrosos… Y es que la pregunta ¿cómo estás? encierra toda una carga extra de profundidad tras la misma.

¿Cómo estás, Gabi? Esta semana me he sentido emocionado, viviendo un momento único, inesperado e íntimo en la Semana Santa de Vélez. Estando toda la familia incluido mi hermano Miguel «el donante» disfrutando de un Viernes Santo ya especial de por sí, los hermanos de la Cofradía de las Angustias Coronada deciden parar el trono justo donde nos encontrábamos esperando, y me ofrecen por sorpresa dar los toques de campana para levantar a la Señora. Una infinidad de intensas sensaciones barrieron mi cuerpo, y mi alma. En mi corazón dos recuerdos: mi Abuelo Gabriel, fundador y gran devoto de la Virgen, y mi tío Jose, que me precedió desgraciadamente en este duro padecimiento de la leucemia, y que falleció hace ya 20 años. En ese momento, dando los toques de campana, estuve más cerca de ambos, del Cielo, igual que ellos están conmigo cada día.

¿Cómo estás, Gabi? Pues también me siento afortunado. Los oficios de esta Semana Santa fueron muy especiales. El año pasado nada hacía presagiar que todo este duro proceso estaba en puertas de ocurrir; y este año, con el diagnóstico que me dieron inicialmente, nada hacía presagiar que iba a estar vivo para asistir a esos oficios. Paradojas de la vida, y milagros del Señor. Afortunado pues por estar, y afortunado por el encuentro y la amistad del Coro de San Miguel, hilo conductor entre esas dos Semanas Santas tan diferentes y especiales. Me habéis dado tanto sin probablemente saberlo… Gracias siempre por vuestro rezo cantado que acompaña, por vuestras sonrisas que iluminan el espíritu, y por vuestro cariño infinito.

¿Cómo estás, Gabi? Sinceramente, también me siento resucitado. Anteayer salí a dar un paseo, el primero en meses, por el paseo marítimo. En solitario. Un recorrido tantas veces realizado en el pasado, y tan extraño sin embargo en estos momentos. Aprovechando la extensión de la iluminación vespertina por el cambio horario, salí de casa en dirección Este. Respiré profundo, una y otra vez, rellenando mis pulmones de brisa y salitre marino, y expulsando los restos de una quimio que cura y a la vez quema por dentro. Estiré mis brazos hacia el cielo, tratando de rozar de nuevo las nubes, no sin crepitantes crujidos de unos huesos y articulaciones quejicosas por el estatismo. Avanzaban mis piernas en un compás que todavía dista de ser un caminar sólido, pero que no dudaban en pedir un paso más y seguir adelante. Pasé junto al Parque San Antonio, y me parecía que iba dejando atrás una página, de forma agradecida, y me mimeticé con Lázaro observando a lo lejos su sepulcro… Sí, amigos, en ese paseo me sentí algo más que vivo, me sentí plenamente resucitado por el milagro de esta curación que el Señor, a través de la medicina y los doctores, ha permitido.

Dos días después de ese paseo llegó un resfriado que me ha provocado fiebre y mal cuerpo. Pero ya no soy el mismo. Sé que solo hay un camino, que consiste en el esfuerzo activo y diario por aumentar mi recuperación, y devolveros a mi familia y amigos todos los malos ratos vividos transformados en buenos momentos y vivencias para recordar siempre.

¿Cómo estás, Gabi?  Emocionado, afortunado, resucitado… Sinceramente, me pareció algo cursi responder así a la pregunta del Doctor Alejandro el lunes pasado, pero igual sí que lo hago el lunes que viene. Porque es la persona íntegra, y no sólo sus órganos y estadísticas, la que tiene que curarse de forma integral. Así que ya sabéis, amigos: ¡¡¡A resucitar todos!!! Un abrazo, yo confío. ¡¡¡VAMOOOSSS!!!

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22 respuestas »

  1. Hola Gabi! Magnifica imagen la que nos regalas hoy , ese puño al aire de gran corredor de fondo en la playa!!!!!Todo llega y ya va llegando!!! Que cantidad de emociones las vividas!! Ese toque de campana , REGALO de tu Virgen familiar, junto a los tuyos! Los que están y los que se fueron, que TAMBIÉN ESTÁN, y empujan juntos!!!! Animo VALIENTE!!!! Se va a lograr!!!!!Se está logrando!!!!! VAMOOOOSSSSSS

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  2. Cuánto me alegro, Gabi, por tí, tu familia y amig@s, que siempre te acompañan, a pesar incluso de la distancia. Muy emocionante y emotiva tu experiencia en Vélez Málaga con la Virgen de las Angustias, como nosotros nos acordamos de tí viendo a nuestra Virgen de Córdoba! ¡Un abrazo fuerte! María Angustias

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  3. Ay Gabi..qué cara tienes de felicidad!!!!..cuanta ilusión trasmites.. Y qué emocionante tuvo que ser lo de la Virgen de las Angustias..Qué contenta estoy por lo bien que va todo.
    UN beso enorme. Aqui seguimos contigo.

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  4. Qué alegría transmites Gabi, y sobre todo, qué emocionantes son tus palabras. Tal como lo cuentas, tu actividad en el día a día y durante la Semana Santa ha sido semejante a la de cualquier persona, pero hay algo que la hace singular y a la vez muy grande: la actitud tan vital y llena de fe con la que afrontas cada acto, cada paso, cada día. Susanna Tamaro lo expresa magistralmente con estas palabras en su libro ‘Para siempre’:
    «No son las cosas que hacemos las que dan calidad a nuestros días, sino cómo las hacemos. Por lo tanto debemos realizarlas siempre de la manera más humana, más elevada. Tiene que haber dignidad y grandeza en cada gesto, nunca hay que dejarse vencer, nunca dejarse someter, hay que ser conscientes de que la vida es como el mar -hay momentos de bonanza y momentos de tempestad- y en ambos casos debemos tener claro que mantenerse erguidos en el puesto de mando es lo que más importa, es tu integridad la que permite al barco llegar a buen puerto, es el no rendirte, no ceder al miedo lo que salva la carga, el equipaje y los pasajeros que te han sido confiados».
    Un abrazo enorme y adelante siempre. VAMOOOOOOOOOSSSS!!!!

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  5. ¡Qué enorme sorpresa la de tu visita a la oficina del Miércoles! Nos encontramos al Gabi de siempre, elocuente y educativo, del que aprendimos cosas como que un trasplante de médula supone la puesta a cero de toda la información inmunitaria. Pero por otro lado también vimos un Gabi nuevo, como no podía ser de otra manera, que valora y nos hace a los demás valorar cada momento de una forma más intensa, que busca aún más si cabe rodearse de los demás. Con tanto aislamiento, se echan de menos los abrazos y el contacto humano, pero además el sentimiento que trasmites es contagioso.

    Como tú dijiste, hay que seguir por los que ya no están, pero también por los que están empezando y aún les queda el camino pronunciado e incierto que tú ya has superado. Ahora ya es cuesta abajo.

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  6. Gabi, gracias! Gracias por este blog, por ser ejemplo de lucha porque tu fé, nos ha dado a muchos mas fé, gracias por contarnos tus experiencias, tus sentimientos, es un acto de generosidad que tu Tiempo de descanso lo compartas con todos nosotros y nos des a Los demás fuerza.
    Hoy te he gusto pasando por Los jardines Del ayuntamiento con tu madre e hijo. Que alegría me ha dado tu sonrisa, gracias,!, que Dios te bendiga a tí y a toda tu familia, ejemplo de fé y lucha

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